Orfebre y grabador de piedras preciosas y duras, Luciano Mario Rossi se transfiriò de Cortona a Florencia en 1978. Fue en Cortona donde recibiò el primer estìmulo como escultor gracias a su padre Armando, quien era ebanista.

 Contra los deseos de su familia, Luciano Mario Rossi interrumpiò sus estudios en la Facultad de Biologia para dedicarse  a la escultura, comenzando hacia 1980 su propia actividad  de grabador  y escultor de gemas, piedras preciosas y piedras duras, con gran curiosidad e inspirado en las colecciones glìpticas de los Museos de Florencia.

 Autodidacta, después de repetidas y

obstinadas tentativas de emular las obras de gliptica expuestas en los museos de Florencia, se ha convertido en un moderno intérprete de este arte  antiguo, dificil y refinado.

 Pero màs allà de toda posible retòrica, los trabajos de Luciano deben ser vistos también considerando la amargura de la agresiòn fisica que sufriò en Febrero de 1988, que lo ha privado del ojo derecho.

 Luciano Mario Rossi, el escultor, cargò con esta experiencia en silencio. Tras denunciar por fraude a ciertas personas importantes de Florencia -en turbias circunstancias- fue también vìctima del desinterés del responsable de la investigaciòn sobre la persona reconocida como su agresor.

 Asì, las obras de Luciano -para quienes son capaces de mirar en su interior - son a veces la expresiòn de una profunda amargura, pero, frecuentemente manifiestan también la voluntad de rebeliòn ante la difundida hipocresìa.